Los toros fueron otro gran
espectáculo, muy arraigado en la cultura española, la fiesta nacional, que al
Estado le convenía promover, creando los mitos de Manolete y Manuel Diaz el
Cordobés. Los deportes fueron un gran entretenimiento, sobre todo el fútbol, cuyas victorias se celebraban y
empleaban como propaganda política y para reforzarse frente al exterior. Las
fiestas de los toros han sufrido a lo largo de su existencia numerosos ataques
de los gobernantes políticos.
Durante mucho tiempo la
fiesta taurina fue el espectáculo de masas más popular en España, de ahí, su
denominación de “fiesta nacional”. A partir de la segunda década del siglo XX,
el deporte, que ya llamaba la atención de muchos españoles, comenzó a ser una
alternativa al tradicional espectáculo. El deporte fue, en cierta manera,
utilizado por algunos sectores sociales que pedían cambios a la sociedad
española, como bandera de modernidad,
representado entre otras aficiones, por los toros.
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