El fútbol dominaba la vida
deportiva de los españoles. Proclamado el deporte rey, su reinado justificaba
su gran éxito en la televisión nacional, incluso por encima de la afición a los
toros.
Recordemos la imagen clásica de la posguerra: ambos equipos alineados antes del comienzo de cada partido, elevando el brazo derecho para hacer el saludo fascista. Fue a partir de los años 50, con los estadios repletos. Las transmisiones de partidos fueron un poderoso medio para que la gente estuviese centrada en la televisión, y apartarlo así de la calle en fechas conflictivas. Era un saludo obligado hacer si algun jugador se rebelaba y no lo hacia podia ser duramente castigado.
El nivel de atención general sobre el fútbol aumentó. No sólo se televisaba un elevado número de encuentros. Existía, además, abundante información deportiva, fenómeno que se desarrolló en casi toda Europa y Sudamérica después de la posguerra.
El régimen franquista se dio cuenta pronto de lo útil que le era el fútbol para mejorar su mala imagen en el extranjero. Muchos ciudadanos tenían la creencia de que el Real Madrid era el equipo del Gobierno. Con respecto a Franco, la opinión popular sostiene que era madridista.
